Lamento que usted use Substack
A mi me encantan los publicadores independientes y especialmente las plataformas que previenen a los autores de preocuparse por el proceso de publicar para que ellos puedan enfocarse en el contenido. También soy firme creyente que cada uno de nosotros ayuda a crear el futuro del mundo en que vivimos por lo qué escribimos, leemos, financiamos y apoyamos.
Substack ha surgido para convertirse en el líder de un estilo nuevo de publicación: boletines por suscripción pagada entregados vía email y la Web. Substack también tiene un historial de apoyo e incluso reclutamiento proactivo de escritores de contenido odioso y aborrecible. Su política indicada de selección de contenido es un “enfoque de no intervención” y la realidad de su ejecución incluso de sus limitadas directrices del contenido es laxa, al borde de una broma.
Esto apesta y deberíamos no usar su servicio.
La parte sobre la libertad de expresión
En mi opinión, la gente ha malinterpretado como loca y aplicado mal el concepto de «la libertad de expresión» y específicamente quién está empoderado para censurar la expresión. La gente ha aplicado la idea de manera más amplia a la publicación independiente.
De hecho, como compañía o persona, usted no tiene la obligación en lo absoluto de publicar la expresión con la que no esté de acuerdo, o la que usted piense que no debería ser compartida. Además, no debería ser un acto de revolución defender unos principios como una plataforma de publicación, por lo menos a un nivel que no equivalga a «todas las personas que tengan pulso tienen una opinión válida que vale la pena difundir.»
Quienes queremos ser
Estamos creando actualmente, cada día, el mundo en el que viviremos mañana. Ha quedado claro (o siempre lo ha sido) que los publicadores que apoyan a la libertad de expresión radical, como Substack, están apostando en ambos lados de un espectro moral: están apoyando a los autores con opiniones eficaces y constructivas, y están apoyando a los autores con opiniones odiosas y destructivas, mientras sacan provecho de los dos.
Por supuesto que la libertad de expresión es buena en la sociedad, y los gobiernos no deberían limitarla, pero cada uno de nosotros debemos participar activamente en el dibujo de la línea que separa al comportamiento moralmente deseable cuando se trata de las plataformas de difusión, por muy difícil que sea esa tarea. Personalmente, preferiría dibujar esa línea sin hacer la amplificación tanto de los Nazis literales como de los intelectuales insidiosamente detestables como Jordan Peterson, pero mi perspectiva es que los editores pueden y deben tomar sus propias decisiones sobre dónde están sus líneas, con voz fuerte y con firmeza. Luego, podemos elegir cuáles de ellos apoyar basado en sus valores.
Dibuje la línea
¿Puede usted condenar moralmente los llamados a la limpieza étnica? ¿Puede usted estar de acuerdo con detener la promoción de la transfobia, la homofobia y negar los derechos de otros seres humanos a existir? ¿Puede usted desarmar en lugar de diseminar las idioteces seudointelectuales, las patologías a escala poblacional de la inseguridad emocional de los machos y la supremacía blanca?
Yo puedo. Usted debería poder. Substack no lo hará. Usted debería llevar sus buenos pensamientos a un competidor como Ghost.org, que resulta ser una organización sin fines de lucro con unos términos de servicio que incluyen esto:
By using any Service, you agree not to do, or permit others to do, any of the following: … Content that you believe or have reasonable grounds to suspect…promotes discrimination, bigotry, racism, hatred, harassment, abuse or harm against any individual or group
¿Es Ghost una organización de personas perfectas? Probablemente no. Pero ellos han dibujado una línea y no tienen la historia falsa de Substack, o su aplicación ridículamente laxa. Quizás esa sea una solución. Quizás usted pueda encontrar mejores soluciones.